Tendencias emergentes en infraestructura 2022

Tomar las decisiones correctas en materia de infraestructura requerirá cuatro características: perspectiva, agilidad, colaboración y valentía. Las decisiones que se tomen este año sentarán las bases para la evolución del mundo en el futuro.

Buenos Aires, 18 de marzo de 2022 / KPMG. De acuerdo con el informe “Tendencias emergentes en infraestructura 2022”, las decisiones que se tomen este año en materia de infraestructura sentarán las bases para la evolución del mundo durante el próximo siglo. Si son correctas la humanidad tendrá una oportunidad única para alcanzar un futuro más limpio, productivo y equitativo. En materia de infraestructura se requerirán cuatro características: perspectiva, agilidad, colaboración y valentía. Las perspectivas tendrán que fluir desde una amplia gama de fuentes, aprovechando múltiples insumos para que los responsables obtengan una visión más holística, teniendo en cuenta tanto las necesidades individuales como las oportunidades. La agilidad será necesaria en todos los niveles del ecosistema de infraestructura desde los activos individuales hasta el sistema en sí mismo. Y la necesitarán todos los actores (reguladores, propietarios, administradores, trabajadores, proveedores, proveedores de tecnología, entre otros). Si se intenta operar de forma aislada, se fracasará. También es necesario profundizar en la colaboración e incluir el abordaje intersectorial para comprender y atender las necesidades. Y se necesitará valentía porque se agota el tiempo para enfrentar desafíos como el cambio climático; las decisiones en materia de infraestructura deberán tomarse en años, no en décadas. 

Fernando Faría, Socio líder de Infraestructura de KPMG en América Latina, sostiene que 2022 “será un año de oportunidades ya que, a medida que el mundo va aprendiendo del pasado, trabaja para reconstruirse con más resiliencia, sostenibilidad y equidad. Pero también será un año de elevados niveles de incertidumbre, nuevos desafíos y expectativas sociales cambiantes a medida que el mundo aprende a vivir con COVID. Y en ese sentido, son los líderes del sector de infraestructura los que tienen la oportunidad de realizar un cambio profundo e impulsar la agenda climática, social y de gobernanza”.

Por su parte, Andrea Oteiza, Socia a cargo de Deal Advisory en KPMG Argentina, señala que estas tendencias mundiales son de referencia obligada para el futuro del país. “Argentina tiene un retraso importante en inversiones de infraestructura que son indispensables hacer si se quiere salir de la crisis e ingresar a un crecimiento económico sostenido en el tiempo. Esas inversiones, determinadas hoy por la tecnología aplicadas, deben ser planificadas en el largo plazo al tiempo de contemplar las nuevas demandas de la sociedad en temas como transporte, comunicaciones, energía, alimentación, educación y ambiental, por citar los estructurales más importantes, con los cuales el país tiene desafíos impostergables desde hace mucho tiempo”.     

Las 7 tendencias

El informe “Tendencias emergentes en infraestructura” lleva 10 años de predicciones con proyecciones del sector a nivel mundial y busca ser un aporte valioso en materia de perspectivas para el sector. Una síntesis de las 7 tendencia para este año: 

  • Tendencia 1: Pasar del discurso a la acción

La infraestructura es fundamental para abordar la crisis climática ya que alrededor del 70% de las emisiones de carbono del mundo son el resultado de la construcción y el uso de la infraestructura. Afortunadamente, las empresas de todas las industrias están empezando a asumir la responsabilidad y a pasar del dicho a los hechos.

  • Tendencia 2: Construyendo a largo plazo en un mundo de corto plazo.

El populismo está en su apogeo. Los modelos de trabajo se ven alterados. Los patrones de compra están evolucionando. Las empresas de tecnología están reemplazando a las instituciones tradicionales y en todas partes estallan los debates masivos que enfrentan el derecho del individuo frente al bien común. Cada vez es más difícil saber qué querrá la sociedad en los próximos días o años, por no hablar de qué necesitará en las próximas décadas

  • Tendencia 3: Mantener el control y fomentar la agilidad

La infraestructura requiere gobernanza, regulación y control. Después de todo, se trata de grandes inversiones, con grandes impactos, que se realizan a muy largo plazo. Los consumidores deben permanecer protegidos; los usuarios deben ser atendidos y mantenerse seguros; los inversionistas mantenerse informados. Hay señales crecientes de que el público desea ver una mayor protección de la privacidad en todas las esferas de su vida.

  • Tendencia 4: Hacer realidad lo digital

Si la pandemia hubiera durado meses (y no años), quizás muchos de los hábitos digitales que generó se hubieran desvanecido al volver a la normalidad rápidamente. Pero la pandemia no retrocede y el cambio a la digitalización no hace más que acelerarse. En pocas palabras, COVID-19 ha hecho que lo digital sea una realidad para la industria de la infraestructura. La permanencia de los cambios que estamos presenciando está directamente relacionada con la profundidad y duración de la disrupción causada por la pandemia mundial.

  • Tendencia 5: Suministrar infraestructura, abastecer al mundo.

Durante años, las empresas compitieron para reducir el capital empleado en la cadena de suministro, mientras que los gestores de la cadena de suministro se centraban en ahorrar con el método justo a tiempo (just-in-time). Ahora, las empresas compiten para mejorar la resiliencia ante COVID, los fenómenos meteorológicos extremos, y las maniobras políticas. De hecho, las oscilaciones económicas de los últimos dos años han demostrado al mundo que las cadenas de suministro modernas son frágiles, están sobrecargadas y son vulnerables a una amplia gama de impactos externos e internos.

  • Tendencia 6: Hacia una nueva definición de “habitable”

Mientras los gobiernos y los planificadores de infraestructura se esfuerzan por identificar qué tendencias impulsadas por la pandemia serán permanentes y cuáles transitorias, una de las preguntas más importantes es dónde las personas querrán vivir, trabajar y actuar tanto mañana como dentro de 10 años. La respuesta tendrá un impacto significativo en la evolución de las ciudades en los próximos 100 años.

  • Tendencia 7: Pagar por todo.

El gasto público se mantiene en niveles récord y la escasez de material aumenta los costos. Sin embargo, los gobiernos todavía quieren ejecutar una gran cantidad de proyectos de infraestructura  en los próximos años (EE. UU. tiene previsto gastar más de US$ 1,2 billones durante la próxima década). Pero ¿de dónde va a salir todo ese dinero? –